¿Queréis la
verdad, toda la verdad y nada más que la verdad sobre el caso BPA?
Yo os la cuento.
Hace unos días
estuve cenando con un amigo que ha quedado atrapado en las redes de
la trama BPA sobre blanqueo de dinero. Estaba preocupado y tenso. ¿Y
cómo no iba a estarlo? Tiene sus cuentas en BPA, incluso las de su
negocio, es accionista minoritario, no tenía ni la menor idea de lo
que podía suceder y se le caído el mundo encima. Es andorrano.
Ayer me encontré
con otro amigo. Tenía la nómina domiciliada en BPA y hace una
semana ingresó cinco mil euros en el plan de ahorro que tiene
contratado con esa entidad. Él es andorrano.
Hoy me he encontrado
un político en activo que pretendía sacar dinero del cajero
automático de BPA. Me he detenido, nos hemos saludado y me ha dicho
que no había podido sacar ni un euro. Es andorrano.
Hoy, también, he
aprovechado para cortarme el pelo. Me ha atendido Meri, que tiene
domiciliada su nómina en BPA. La ha cambiado de inmediato. Y
entonces me ha contado que tiene un matrimonio amigo que ambos
trabajan en BPA. Y los pobres están... que ni te cuento.
La madre de una
amiga fue a sacar dinero y no se lo dieron, fue a comprar con la
tarjeta de BPA, porque todo lo tiene ahí metido, y no le aceptaron
la tarjeta. Entonces dijo: Me voy a comer a casa de mi hija, porque
tengo la nevera vacía. Espero que ella tenga comida. También es
andorrana.
¿Necesitáis más
casos? Porque si los necesitáis, os los cuento.
¿O ya tenéis
suficiente para separar el nombre de un banco, BPA, del nombre de mi
país, Andorra?
Cuando yo era niño,
lo primero que me preguntaban cuando se enteraban de que soy
andorrano era: ¿Qué tienda tienen tus padres? Y exhibían una
expresión de sorpresa inigualable cuando les respondía que ninguna.
En la universidad,
cuando se enteraban de que soy andorrano, me decían: Oye, cuando
subas a Andorra, avísame, que te encargaré un cartón de tabaco o
una botella de cognac o de whisky o... vete a saber qué, porque tú
haces contrabando, ¿no?
Cuando entré en el
mundo laboral (porque los andorrano de a pie trabajamos, como
cualquier hijo de vecino) por fortuna la cultura popular española
había subido unos cuantos peldaños y me miraban como a un igual. Ya
no tenía la cara verde ni las manos con siete dedos ni tres orejas
ni una cabeza de pepino... Era... como cualquier persona normal.
Ahora tengo amigos
atrapados por las preferentes, por Bankia, por malas praxis de
entidades españolas... Y nunca se me ha ocurrido pensar que España
son una pandilla de sinvergüenzas, que son unos chorizos, unos
corruptos, unos... ¡Uf! Tengo amigos y lectores en todos los
continentes y son muy buena gente. Nunca he pensado que tal o cual
país hizo o dejó de hacer. Quien lo hizo o dejó de hacer tiene
nombre apellidos.
Andorra es mucho más
que un simple nombre, que un territorio con fronteras.
Son 1200 años de
historia ininterrumpida. Desde Carlomagno hasta hoy. Son 800 años
sin guerras. Desde los tiempos de Jaume I el Conqueridor hasta hoy.
¿Qué país puede decir lo mismo?
Durante siglos
enteros la gente trabajaba la tierra y cuidaba de los animales. Y de
esos, precisamente, desciendo yo. Y de esos, precisamente, desciende
más de uno de mis amigos y conocidos que se han quedado atrapados en
las redes de BPA.
De manera que, por
favor, abrid los ojos de una vez y enteraos de que un país no son
cuatro sinvergüenzas que, con sus tejemanejes, pueden hundir toda
una historia de 1200 años.
Mi país, Andorra,
somos todos los que vivimos y trabajamos en él. ¡Todos! Porque
nosotros, los que cada día nos levantamos y damos el callo somos los
que escribimos la historia real, la VERDAD de un país con
mayúsculas.
Abrid los ojos de
una vez y en lugar de tratarnos como a apestados, como a una pandilla
de sinvergüenzas que sólo buscamos el dinero fácil, vednos
exactamente igual que todos los miles de millones de ciudadanos del
mundo que no pertenecemos a la élite de los que cortan el bacalao.
No es un país el que hace o deja de hacer. Son sus dirigentes, son
sus fuerzas económicas, son esos seres internamente pequeños y, a
veces, podridos que llevan a la desgracia a los que de verdad
empujamos el carro.
Ésta es la verdad,
toda la verdad y nada más que la verdad sobre unos personajes de BPA
que han hecho, han consentido, han alentado y han escondido prácticas
que la inmensa mayoría de los andorranos aborrecemos.
De manera que ya
está bien de utilizar Andorra para tapar otros asuntos que también huelen muy mal, pero que no son responsabilidad de todo un país, sino de cuatro chorizos que ponen en entredicho el nombre, el prestigio y la credibilidad de todo un país.
No creo que nadie piense que toda España está metida en la trama Gurtel o en los Ere de Andalucía o en el caso Palau o... en tantos otros, que la lista ya es muy larga.
No creo que nadie piense que toda España está metida en la trama Gurtel o en los Ere de Andalucía o en el caso Palau o... en tantos otros, que la lista ya es muy larga.
Por favor, a ti, que
estás leyendo estas líneas y que ya has descubierto que te están engatusando, te lo ruego: abre los ojos y despierta.