martes, 6 de mayo de 2014

¡A LA MIERDA EL DÍA DE LA MADRE QUE NOS PARIÓ!

 

En nuestras latitudes se celebra el día de la madre durante el primer domingo del mes de mayo. En otros países es otro día, pero en todos se celebra ese día tan hermoso y tan señalado.
Hermoso porque se juega con un sentimiento y señalado porque queda claro que es un día en el que hay que gastar dinero.
Señoras y señores, como siempre la economía ha pasado por encima de todo y ha convertido lo que es en lo que no es.
En 1870, Julia Ward Howe escribió un poema dedicado al día de las madres, pero no “al día de la madre”. Madres en plural, porque luchó para que ese día fuese proclamado como el día en que LAS MADRES se revelaban contra las guerras y gritaban que ya estaban hartas de ver a sus hijos y a sus esposos ir a luchar y no regresar o regresar a pedazos.
Éste, y no otro, es “EL DÍA DE LAS MADRES”.
En 1914, el congreso de Los Estados Unidos de América decidió establecer el segundo domingo de mayo como el día de la madre. Anna Jarvis, hija de otra Anna Jarvis, que fue seguidora de Julia Ward Howe, se opuso a la comercialización del día de la madre, intentando recuperar el espíritu primitivo y no lo consiguió.
Yo no celebro el día de la madre. ¡No! Así de claro.
Yo no compro chorradas para el día de la madre.
Yo no creo en el día de la madre.
Yo tampoco creo en el día del padre.
Yo prefiero luchar por la paz.
Yo no creo en la fuerza para solucionar conflictos.
Yo estoy harto de que me la den con queso.
Este escrito está a disposición para ser copiado por quien lo desee.
¡Basta ya de engaños!
Ya es hora de que caigan los mitos inventados para convertir un sentimiento en dinero.
El único regalo que querían aquellas madres era que no hubiese más guerras para que sus hijos no muriesen. El resto son ¡PARIDAS! Y los hombres que mandaban, en lugar de escucharlas instituyeron un estúpido día para "contentarlas".
Por favor. ¡Abre los ojos y despierta!
Albert Salvadó